“Un día en la cotidianidad de la funda”

septiembre 28, 2010

“La funda”, como es conocida popularmente “Nueva Vida” por los niños y niñas del Barrio comienza su actividad cotidiana con la llegada de Rosa, Hilda, Ángeles, Luis, Moisés, Francisco y Reyna. Ellos son miembros que participan del programa de CASA, un programa que busca facilitar espacios de convivencia para que puedan fluir y florecer la individualidad, creatividad y espontaneidad de los participantes del programa.

Conforme avanza el día, se van incorporando otros niños, niñas y jóvenes a la Casa de Intercambio Sociocultural, que es un espacio donde pueden confluir para el intercambio de  conocimientos, experiencias y/o ideas que propicien la realización de la TAREA de promover el cuido del Planeta, la preservación de la identidad cultural y diferentes expresiones artísticas, el desarrollo de la infancia y juventudes y la cultura de paz entre iguales, miembros de poblaciones de diferentes edades y condiciones sociales, culturales y económicas dispuestos y comprometidos con la convivencia pacifica y en armonía con principios y valores como la solidaridad, la reciprocidad, el respeto a la diversidad y sobre todo a “la opción preferencial por la vida”, en todas sus formas y expresiones.

Un grupo de voluntarias Leila, Margarita y Laurie quienes visitaron El Salvador durante el mes de  julio relatan su experiencia de compartir un día en la casa de “Nueva Vida”:

Al comienzo del viaje, tuvimos un almuerzo con el Director Ejecutivo de la Asociación Nueva Vida Pro-Niñez y Juventud de El Salvador. César Artiga, es un joven de treinta años con una profunda pasión por su trabajo. Esta asociación comenzó a trabajar hace 20 años, dos años antes de los Acuerdos de Paz en El Salvador, con el propósito de traer una nueva esperanza a los niños que vivían en situación de calle. Hoy en día, trabajan con niños, niñas y jóvenes de 5 a 25 años de edad que viven en condiciones de riesgo y vulnerabilidad social; mediante acompañamiento en su desarrollo y proporcionándoles oportunidades para mejorar sus posibilidades. Hay aproximadamente 200 participantes en sus programas por año.
Así que César nos recogió el martes 06 de julio y nos llevo hasta la casa que se encuentra en el municipio de Ciudad Delgado, un barrio en alto riesgo en el Departamento de San Salvador. Al llegar al barrio no nos pareció muy agradable de aspecto, pero los murales y arte de colores de la casa de “Nueva Vida” hacían que pareciera un oasis en medio del desierto.

Entramos a una amplia zona, con una cancha de baloncesto y campo de fútbol a la derecha, y un hermoso mural con detalles culturales del barrio (elaborado por los jóvenes de la casa) en la pared posterior. Mientras caminábamos, vimos que detrás de la cancha de baloncesto había un pequeño espacio verde, donde están tratando de comenzar una huerta. Tenía una hermosa vista de las montañas y la ciudad.

Entramos en la primera sala, donde un grupo de jóvenes fueron a tocar la guitarra. Son parte de la nueva banda folklórica de “Nueva Vida”, que interpreta música en diferentes eventos culturales, creando conciencia sobre el trabajo de la asociación. La habitación donde la práctica se realiza, esta decorada con obras de arte y artesanía que los niños, niñas y jóvenes crean en los diferentes talleres de la “Escuela de Artes” que funciona en la Casa de Intercambio Sociocultural.

Luego me encontré con esta niña pequeña, piel morena, muy hiperactiva, llamada Ángeles, quien posaba cada vez que tomó una foto y empieza a saltar y gritar espontáneamente, pidiendo que le tomara otra foto.

Entonces me encontré con este otro niño, Mateo es su nombre, ¡Oh hombre!, tiene tanta energía. Él quería estar en todas las fotos, era un niño muy lindo y espontaneo, pienso que eso se cultiva en la casa, crear las condiciones para que los niños y niñas puedan ser ellos mismos y seguir su propia experiencia. Lo mejor de ellos florece en esta atmosfera de confianza y amigabilidad.

Visitamos otro salón, donde algunos jóvenes estaban practicando movimientos break dance con la música que sonaba. Estaban muy bien, por mi conocimiento de break dance. Parece como una actividad divertida para realizar, en lugar de involucrarse con pandillas callejeras, drogas y violencia. Lo disfrutaban y canalizaban positivamente su energía, parecían estar muy orgullosos de la pequeña audiencia de extraños a su puerta.

Por último, visitamos la Sala de Exposiciones de la casa, donde la exposición lleva por nombre: “La tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar”. En esta exposición había una serie de obras de arte producidas por los adolescentes y jóvenes, para representar lo que está pasando en el mundo por toda la contaminación y la basura que producimos los seres humanos. Había hermoso trabajo creativo, incluyendo un ataúd de madera, con un espejo en la parte superior. El significado: nos estamos destruyendo a nosotros mismos cuando contaminamos y destruimos el planeta.

Sin duda, la tarea de formación y educación que la Asociación Nueva Vida realiza es impactante para los niños, niñas y jóvenes que tienen la oportunidad de construir junto a César, Eric y Cecilia, educadores de la organización, una comunidad donde se respeta la experiencia y la individualidad de cada persona, permitiéndoles que lo mejor de cada uno de ellos florezca cada día.

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